¿Qué es una acción disciplinaria?

Una medida disciplinaria es un paso (o una serie de pasos) que un empresario puede dar para corregir o gestionar el mal rendimiento o el mal comportamiento de un empleado en el trabajo. Estos problemas pueden ir desde infracciones menos "graves", como la impuntualidad reiterada o el comportamiento inadecuado, hasta infracciones desestimables, como el acoso o el robo.

Las medidas disciplinarias suelen adoptarse cuando un empleado incumple las reglas, políticas o normas de la empresa. Por ejemplo, antes de tomar medidas disciplinarias, podrías ofrecer al empleado la oportunidad de corregir su comportamiento mediante formación o comentarios constructivos. Si no mejoran, o si la infracción es lo suficientemente grave como para justificar una acción inmediata, pueden iniciarse procedimientos disciplinarios.

Toda medida disciplinaria -hasta el despido- debe ser conforme a derecho. Esto puede ser complicado para los equipos internacionales, ya que cada país tiene sus propias leyes laborales sobre procedimientos disciplinarios. En Alemania, por ejemplo, los despidos requieren un plazo de preaviso y, en determinados casos, la aprobación de un comité de empresa. En EE.UU., sin embargo, los empleados suelen ser contratados "a voluntad", lo que significa que su empleo puede rescindirse sin previo aviso (salvo que se indique lo contrario en el contrato de trabajo).

Las medidas disciplinarias suelen aumentar en función de la gravedad del problema. Éstas son algunas de las formas más comunes de actuar:

Amonestación verbal. Suele ser el primer paso del proceso disciplinario. La intención es que el empleado sea consciente de su mala conducta y darle la oportunidad de rectificarla.

Advertencia escrita. Si el problema persiste o es grave, puedes emitir una advertencia por escrito. Esto sirve como notificación formal del problema y a menudo incluye un plazo para la mejora y un esbozo de las posibles consecuencias si no se mejora.

Suspensión. Si el comportamiento del empleado sigue sin mejorar o si la infracción es grave, puede ser expulsado temporalmente del lugar de trabajo. Este paso suele darse para proteger a la empresa o a otros empleados, o como medida más contundente para provocar un cambio en el comportamiento del empleado.

Despido. La forma final y más severa de acción disciplinaria. Este paso suele darse sólo en caso de infracciones graves, o cuando otras formas de acción disciplinaria no han producido el cambio de comportamiento necesario.

Para los responsables de RRHH de equipos globales, comprender y gestionar las medidas disciplinarias es crucial. Además de conocer la normativa laboral pertinente de cada país, también deben navegar por las diferentes normas culturales y expectativas locales en torno al comportamiento y la disciplina de los empleados. Es esencial ser sensible a estas diferencias, manteniendo al mismo tiempo una norma de comportamiento coherente en toda la organización.